"and he whom nature has made weak, and idleness keeps ignorant,
may yet support his vanity by the name of a critic"
(Samuel Johnson, The Idler, No. 60, 1759)
Llevaba algún tiempo deseando empaparme en las obras del Dr Samuel Johnson, mi primera intención era cotejar lo que aparentemente dijo con aquello que realmente sintió o quiso transmitir. Mi segunda, y más insospechada hipótesis, era disfrutar de su lectura. La conclusión a la que he llegado es que el ingenio, como cualquier poder sobrenatural, usado en desmedida y dentro de volúmenes finamente encuadernados, puede llegar a aburrir y producir tedio. No es que el hombre carezca de imaginación, es que su imaginación está anclada en un cuadrilátero, mientras que el océano de su sabiduría desbordaría cualquier recipiente.
Me gustaría que alguien me explique cuáles son los
Major Works del Dr Johnson, si es que los hay, porque hasta ahora sólo me he topado con muchos trabajos y pocas grandes obras. ¿Cúal es ese ensayo o esa lúcida parábola moral que regaló al mundo un hijo nuevo, una nueva idea, el aislado producto del ingenio y la fantasía? Espero que nadie me conteste que su obra más original y didáctica es
Rasselas. Sólo puedo admitir que Johnson haya escrito esa historia abrumado por una deuda económica o queriendo cumplir la última voluntad de un pariente enfermo. ¿Y se supone que su contenido es moralizante? La única lección que he extraído después de leer
Rasselas es que no vale la pena seguir leyendo cuando uno adivina el final tras la primera página, si es que la historia tiene un final, claro.
Su contenido es más o menos este. Imaginemos a un hombre (que además resulta ser un Príncipe) el cual vive en una Arcadia luminosa, alejado de todo el dolor y sufrimiento humanos. Un buen día nuestro personaje decide abandonar el palacio de sus mayores y adentrarse en el mundo de generación. ¿Vivirá grandes aventuras que llegarán a conmovernos? ¿Se arrepentirá a medio camino y volverá sus pasos sobre el aroma de los pétalos caídos? No precisamente, su impulso es más bien periodístico. La historia de Rasselas es como la vida de Buddah, pero en vez de acceder al nirvana conquistará un puesto en el
Sunday Review. El espacio de la historia es plano, geométrico, carente de brillo, sus descripciones están añadidas con un fin inocuo y sin el menor encanto.
Por fortuna esto no es todo, sí hay buenos momentos en Johnson. Las carencias y bostezos de su Rasselas se transforman en virtudes y aplausos en su magistral
The Life of Richard Savage, la cual, a pesar del nombre, no debe confundirse como formando parte de su compendio
Lives of the English Poets, la biografía de Savage es muy anterior a ésta. Savage era un personaje intrascendente, un hijo bastardo inmerso en el peor de los destinos. Digamos que fue un escritor menor y que acaparó algunos titulares en su época no gracias a su talento, sino al verse involucrado en diversos escándalos. Pero la diferencia con Rasselas es la misma diferencia que existe entre caminar hasta el manantial de la montaña o comprar una botella que ha estado demasiado tiempo al sol. Ambas pueden saciar la sed, pero sólo una nos
da de beber.
Dentro de la categoría de trabajos que antes mencionaba, podríamos incluir su
Diccionario y todas las
Lives of the English Poets. Darle el mérito de la vida de Pope a Johnson sería como otorgarle el mérito de su propia vida a Boswell. Por otro lado, un Diccionario de referencias es siempre una herramienta útil, aunque no haga soñar a los hombres, salvo que uno haya leído anteriormente todas sus voces y en ese caso el mérito es siempre de Cicerón o de San Alberto Magno, no de Johnson.
Adrián Icazuriaga