NOAM CHOMSKY: La guerra al terror

La pasada semana el Profesor Noam Chomsky realizó en Dublín la lectura anual de Amnistía Internacional bajo el título “La Guerra al Terror”. El acto, patrocinado por el Trinity College, provocó una gran expectación en algunos medios de prensa y en un público entusiasta que abarrotó las localidades.

No resulta difícil recordar algún personaje destacado de la ciencia o del arte que haya visto en su obra una prolongación de la realidad social o un instrumento de la razón política. Quizás esto se deba a la creencia común de que una persona sin ideales es incapaz de producir obra alguna. En la mayoría de los casos, la toma de conciencia de este hecho lleva a que el individuo decida relegar el mundo de la creación, por falta de ideas, y dedicarse con un ardor renovado a la profesión política. En la creencia, también común, de que cuando a uno lo abandona la razón siempre hay un margen de tiempo antes de que también lo abandone la voluntad de hacer algo por sus semejantes y por el mundo. Aunque posiblemente, de ser consultados, el mundo y sus semejantes hubieran preferido un colaborador menos y un pensador más.

Tomando algunos ejemplos del imaginario colectivo encontraríamos en el primer grupo a personajes como George Bernard Shaw o Jean Paul Sartre, mientras que en el segundo ocuparían un lugar privilegiado Tony Blair, Paul Wolfowitz y José M. Aznar, entre otros. El hecho de que los primeros estén en los libros de historia y los segundos en la prensa no debe sorprendernos en lo más mínimo; según la tesis que avanzamos anteriormente, el ser humano es una criatura de acción mucho antes, y mucho después, de ser un ente con criterio.

¿En qué lugar se encuentra entonces Noam Chomsky? La respuesta inmediata es que en ninguno. El caso de Chomsky es doblemente significativo. Por un lado su controvertida figura pública ha eclipsado por completo al filósofo naturalista que en los años 50 y 60 revolucionó la lingüística y la psicología cognitiva en general, de la que no hablaremos aquí. Por otro, su filosofía política no es en ningún caso un instrumento o un medio en el que canalizar un ideario totalizador, sino que sus opiniones tienen un calado mucho más hondo, son la consecuencia metodológica de una visión del hombre y de las relaciones de poder. Las tesis de Chomsky están sustancialmente fundadas, estemos o no de acuerdo, en el sentido de que son una consecuencia coherente de la forma en que Occidente ha juzgado durante años la injusticia y la barbarie ajenas. Si se mantienen universalmente los presupuestos, como por ejemplo el principio de universalidad, la política actual de algunas potencias llega al absurdo y a la incoherencia, cuando no a la agresión y al terrorismo de Estado. Pero si no se mantiene esta regla y se aplica unilateralmente, entonces la justicia no existe. Lo único que salva a algunos de este dilema es la ignorancia intencional y la memoria selectiva.

Su tesis principal, durante la lectura de Amnistía Internacional, es que la llamada "Guerra al Terror" no fue declarada por George W. Bush tras el 11 de septiembre, sino por la administración Reagan, 20 años antes, y fue llevada adelante más o menos por la misma gente (Donald Rumsfeld y John Negroponte, entre otros). Las consecuencias e implicaciones para la sociedad actual son realmente perturbadoras. Soluciones existen, afirma Chomsky, el problema es que a algunos estas soluciones no les agradan.

Adrián Icazuriaga

Publicado originalmente en: http://www.montevideo.com.uy

"Debemos recordar que la agresión fue definida en Nuremberg como el crimen internacional supremo, difiriendo de otros crímenes de guerra sólo en el hecho de que contiene en sí mismo todo al mal que produce , todo el mal de la devastada tierra de Irak que siguió a la invasión de US-UK, por ejemplo".

"El terrorismo dirigido y soportado por los estados más poderosos continúa hoy en día, a veces de forma vergonzosa. Estos hechos ofrecen una sugerencia útil sobre cómo mitigar la plaga difundida por los depravados oponentes de la civilización en un intento de volver a la barbarie en la edad moderna : dejad de participar en el terror y dejad de alimentarlo... Pero esta sugerencia está completamente fuera de agenda, por las razones usuales. Cuando es ocasionalmente proclamada, la reacción es inmediata: una rabieta sobre cómo quienes defienden esta conservadora propuesta culpan de todo a los Estados Unidos".

Para una lectura completa:
http://www.chomsky.info/talks/20060118.pdf

Audio de la lectura y entrevista con Eamon Dunphy en una radio local:
http://www.newstalk106.ie/noam-chomskys.html

Todo Chomsky en español:
http://www.rebelion.org/chomsky.htm



 
"¡Ideas, señor Carlyle, no son más que Ideas!"
Carlyle - "Hubo una vez un hombre llamado Rousseau que escribió un libro que no contenía nada más que ideas. La segunda edición fue encuadernada con la piel de los que se rieron de la primera."