W.v.O. QUINE: Dos Dogmas

En su famoso ensayo “Two Dogmas of Empiricism”, el gigante de la filosofía Willard van Orman Quine se propone revisar dos distinciones que son el fundamento del positivismo lógico. Estas son, la distinción analítico-sintético y el reductivismo, la creencia de que todo enunciado con sentido es una construcción lógica que en último término refiere a la experiencia.

La primera es una herramienta que permite diferenciar aquello que Hume denominaba “relaciones entre ideas” frente a las “cuestiones de hecho”. Para Quine, ni siquiera las proposiciones de la lógica y las matemáticas son fundamentalmente distintas de los enunciados empíricos, tal como afirma la distinción analítico-sintético. En última instancia, los enunciados analíticos se distinguen apelando a la noción de analiticidad, por ejemplo, “ningún soltero está casado”.

El estudio a la noción de analiticidad lleva a distinguir dos clases de enunciados analíticos, los lógicamente verdaderos, es decir, enunciados que son verdaderos para cualquier nueva interpretación de sus componentes que no sean partículas lógicas:

Ningún hombre no casado es casado

Y una segunda clase de enunciados, tal que pueden convertirse en una verdad lógica mediante la sustitución de sinónimos. Por ejemplo:

Ningún soltero es casado

Es una verdad lógica si sustituimos “soltero” por “hombre no casado”. El inconveniente aquí es que para caracterizar la noción de analiticidad dependemos de la noción de sinonimia, que también requiere aclaración. Para algunos es posible reducir los enunciados de la segunda clase a los de la primera, si suponemos que el paralelismo entre “soltero” y “hombre no casado” se establece por definición. Según Quine, la conexión de sinonimia entre dos vocablos viene en última instancia determinada por el uso. Aunque en apariencia existen otras formas de definición que no se limitan a poner en relación dos términos como sinónimos, sino que explican y aclaran el significado de un término completándolo, éstas dependen en última instancia de relaciones de sinonimia anteriores. Sólo en el caso de la introducción explícita de una terminología nueva se produce una definición per se. Por lo tanto la definición no nos dará la clave que permita explicar la noción de sinonimia y analiticidad.

Volviendo a la sinonimia, resulta necesario estudiar el caso de la intercambiabilidad salva veritate, es decir, la posibilidad de intercambiar sinónimos en todos los contextos sin que cambie el valor de verdad del enunciado en cuestión. Se plantea inmediatamente la cuestión de si la intercambiabilidad salva veritate es una condición suficiente de sinonimia cognitiva, es decir, no poética o psicológica, o si, por el contrario, existen expresiones no sinónimas (heterónomas) que pueden ser intercambiables del mismo modo. Quine concluye que la inercambiabilidad salva veritate en un lenguaje de tipo extensional, esto es, un lenguaje tal que siempre que dos predicados son verdaderos de los mismos objetos (coinciden extensionalmente) son intercambiables salva veritate, no es condición suficiente de la sinonimia cognitiva. Esto se debe a que la coincidencia extensional puede deberse a circunstancias fácticas accidentales, y esto no es suficiente para explicar la noción de analiticidad tal como la hemos propuesto anteriormente.

En definitiva, piensa Quine, los enunciados analíticos están en cierta forma incrustados en nuestro pensamiento formando un cierto esquema conceptual, pero esto no significa que no estén o no puedan estar sujetos a revisión. Los enunciados analíticos se sostienen por convenciones, que en última instancia pueden estar sujetas a revisión si se dan las circunstancias adecuadas. Ningún enunciado es del todo inmune a la revisión, ni siquiera los presupuestos de la lógica y las matemáticas. De esta forma, no existen los enunciados puramente analíticos o puramente sintéticos, sino que se dan toda una serie de estados intermedios de analiticidad y sinteticidad.

Quine demuestra que aun estableciendo reglas semánticas precisas, las que distinguen a todo lenguaje artificial frente a las vaguedades de los lenguajes naturales, resulta insostenible una distinción radical entre enunciados analíticos y sintéticos, puesto que en definitiva el propio término de analiticidad sólo encuentra una explicación como referencia a un determinado conjunto de reglas semánticas que podría resultar del todo arbitrario y que requiere en última instancia la misma aclaración.

Según Quine, la distinción analítico sintético proviene de la tendencia a considerar la verdad de un enunciado como algo analizable en una componente lingüística y otra fáctica. Los enunciados analíticos serían aquellos en que la componente fáctica se considera nula. Pero esto no es más que un dogma de los empiristas que posee el estatuto de un artículo de fe. Para Quine carece de sentido hablar de una componente lingüística y una factual en la verdad cualquier enunciado.

En cuanto al segundo dogma, posee una relación con la teoría verificacionista del significado, según la cual el significado de un enunciado es el método de confirmación o refutación empírica del mismo. Un enunciado analítico será aquel que se confirma en cualquier caso. Podemos aplicar esta teoría a la noción de sinonimia de forma que dos enunciados serán sinónimos si coinciden en la forma de validación o invalidación empírica. Según el reductivismo radical, la relación entre el enunciado y la experiencia que contribuye a su afirmación o refutación no es otra que la referencialidad directa. Todo enunciado con sentido es traducible a la experiencia inmediata. Así, afirman los reductivistas, todo enunciado tomado aisladamente puede tener una confirmación o invalidación empírica tal como la propone la teoría verificacionista.

La propuesta de Quine es que los enunciados no se someten a verificación de forma individual, sino como un cuerpo total de enunciados de la ciencia acerca del mundo. Frente a la preeminencia que Frege da al enunciado, al juicio, Quine afirma que “la unidad de significación empírica es el todo de la ciencia”. Así, nos dice, el todo de la ciencia es como un campo de fuerza cuyas condiciones límite las da la experiencia. Un conflicto con la experiencia en el límite da lugar a un reajuste en el interior del campo. Las leyes lógicas son sólo unos determinados enunciados del sistema, determinados elementos del campo. Las experiencias particulares no están ligadas con un enunciado concreto y determinado en el interior del campo, sino que estas ligazones se establecen como condiciones de equilibrio que afectan al campo como un todo. De esta forma, es erróneo hablar del contenido empírico de un cierto enunciado, todo enunciado puede tomarse como verdadero si realizamos los convenientes ajustes en el interior del campo. Afirma así que existe una diferencia de grado y no de tipo entre los objetos físicos y los mitos Homéricos, la diferencia entre ambos está en lo eficaz que se han probado aquellos para manejar la experiencia. La prueba está en que han sido culturalmente potenciados, conformando nuestro marco de ideas.

Se ha afirmado que no es arbitraria la elección de Quine. Poner en duda el primer dogma significa permitir que la experiencia influya en la teoría, mientras que al cuestionar el segundo se destaca la influencia de la teoría en las verdades empíricas. No existen enunciados sintéticos puros según el pragmatismo. Esto conlleva a que la observación sin teoría es absurda, la observación queda ligada a la interpretación y, por lo tanto, a la teoría. Toda observación va teóricamente ligada a otras observaciones.

Es evidente la relación existente ente este último dogma y el primero, mientras tenga sentido hablar de la confirmación o invalidación de un enunciado, será posible hablar de un caso límite de enunciados que resultan confirmados vacuamente, los analíticos. Los dos dogmas son idénticos en sus raíces.

Adrián Icazuriaga

 
"¡Ideas, señor Carlyle, no son más que Ideas!"
Carlyle - "Hubo una vez un hombre llamado Rousseau que escribió un libro que no contenía nada más que ideas. La segunda edición fue encuadernada con la piel de los que se rieron de la primera."